Material para las pajas del fin de semana

Tuve un sueño que me dejó toda transpirada.
Estaba de vacaciones en un hotel divino, parecía en algún lugar de la cordillera. El dueño del hotel era un señor que me calentaba muchísimo (si alguien vió Friends sería como un Richard el ex-novio de Monica). Agrego, así como comentario, que me calientan los señores, aquellos a los que podría caberle la palabra "hombres" en el sentido más estereotipado posible.
Vuelvo al sueño. Cuestión que el señor me calentaba y yo con toda mi putez trataba de seducirlo. Le mostraba todos mis encantos de chica rara que puede hacer real cualquier fantasía. Con poca ropa, mostrando seguridad y siendo muy explícita en mis intensiones: "cojeme".
 Un día me estaba por dar un ducha, mi habitación estaba en una planta baja, en el baño que era gigante había una ducha con una ventana grande que daba a un jardín. Yo me estaba por meter a bañar, tenía puesta una bata blanca, abajo me había quedado sólo una tanga negra, descalza y relajada. Veo entonces por la ventana que mi hombre pasaba por ahí, corri las cortinas de la ventana de la ducha, lo miré y fui dejando caer la bata... le ofrecí mi cuerpo, le supliqué que entre conmigo a esa ducha, no daba más de deseo por él. Me miró sorprendido desde el otro lado del vidrio, parecía estar conteniendo sus ganas, luchando para no satisfacer mis deseos. Abrí la ducha, todavía con la tanga puesta (quería que me la arranque él) y lo miré fijamente sin omitir sonido (me gusta la llegada al sexo sin palabras previas).
Entró. Tenía la llave de la habitación por supuesto. Fue hacia la ducha donde yo lo esperaba ardiendo, y se metió con toda la ropa puesta. Me agarró con sus brazos fuertes, me miro a los ojos y me besó apretándome contra su cuerpo gigante... Se detuvo y se alejó para contemplarme, me miró unos segundos, detenidamente.
Deslizó una mano por mis tetas, mi panza, y me acarició la concha a través de la tanga toda húmeda. Yo ya gemía, totalmente entregada a sus deseos. me llevó hasta la cama, me secó, se fue sacando su ropa con mucha tranquilidad, yo temblaba.
Me recorrió entera con su lengua, se perdió un rato chupándome la concha hasta hacerme gritar. Me metió un dedo, después dos. Yo no daba más, necesitaba su pija adentro mío. Se alejó nuevamente para contemplarme, toda excitada, por lo bajo dije "por favor" mirándolo. Se rió, me estaba gozando.
Se tiró arriba mío y me metió su pija suavemente  mientras me sostenía los brazos arriba de mi cabeza, sin poder moverme, sentía un alivio, ese alivio que se produce cuando finalmente tenés una pija adentro, ahhh...
Me penetro despacio, mientras me besaba el cuello, la oreja, las tetas. Me puso en cuatro, ce chupó la espalda, me tocó el clítoris y me penetró de nuevo pero con fuerza, me dio duro, yo muy perra porque me encanta cojer en cuatro porque mi espalda toda tatuada se ve fantástica. Se inclinó sobre mi sin dejar de cojerme y me lamió el cuello, me lo agarro asfixiándome y me siguió dando con fuerza. Yo ya estaba en perra total, quería apoderarme un poco de la situación. Lo tiré sobre la maba y me monté sobre su pija como si fuese una estrella porno. Quería que me contemple, quería satisfacerlo, darle todo. Le chupe la pija con sabor a mi mientras lo miraba a los ojos, le puse mi concha al alcance de su lengua, me encanta el 69. Yo sentía que iba a acabar en cualquier momento, no daba más. el me tiro sobre la cama y me cojió fuerte mientras me tocaba el clítoris, "acabá" me dijo. Grité y me retorcí de placer totalmente entregada y perdida en un orgasmo en sus manos. Sacó su pija y me acabó en la panza...
Se tiró unos minutos al lado mío, yo lo besé despacio, agotada...se fué y me dejó ahí toda transpirada y acabada, suya...    

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